La Matriz del Destino es una gran herramienta para el autoconocimiento. Y para calcularla, solo necesitarás la fecha de nacimiento.
Seguramente habrás escuchado hablar de la Carta Natal, usada en Astrología. Es otra herramienta de autonocimiento, y la Matriz del Destino, al igual que la Carta Natal, te ayudará a conocerte mejor y a expresar todo tu potencial.
La Matriz del Destino consta de 22 energías universales. Cada número contiene información con determinadas características. A estas energías las llamamos "Los Arquetipos de la Matriz del Destino" y las verás representadas por las cartas del tarot en su vesión de Marsella, concretamente por los 22 arcanos mayores. Es importante, sobre todo si conoces, o incluso has trabajado con el tarot, tener en cuenta esto, que hablamos del orden de la versión de Marsella, y no del Tarot Rider Waite. Este tarot es igual a los demás, y más allá de en lo gráfico, en la estructura, ya que hay dos cartas que invierten su orden, y son la 8 y la 11, la Justicia y la Fuerza.
El tarot de Marsella, el egipcio y la mayoría de los tarots tradicionales utilizan el arquetipo 8 como La Justicia y el 11 como La Fuerza. Rider lo invierte por una cuestión astrológica y cabalística, pero, desde el punto de vista numerológico y de La Matriz del Destino tiene más sentido La Justicia como energía 8 y la 11 como la energía de La Fuerza.
Cada energía de la Matriz del Destino tiene aspectos positivos y negativos, que son nuestras fortalezas y puntos débiles respectivamente.
Si nuestros arquetipos están aspecto positivo, viviremos una vida plena y muy feliz, llega de alegrías. Tenemos éxito en diversas áreas de la vida, abundancia (no solo material, aunque también), realizados en nuestra profesión y lo más importante, en nuestra vida. Nos sentiremos realizados.
Pero, si los arquetipos están en aspecto negativo, sentiremos dolor, desesperanza, sufrimiento, malestar, y la autoestima baja, por los suelos y nos sentiremos seguramente desorientados. Sentiremos que tenemos muchos problemas, sufriendo de relaciones tóxicas y en un punto en el que quizás, la vida deja de tener sentido o no tiene el sentido que antes tenía.
Por ello, tenemos que intentar todo lo necesario para que los arquetipos estén en su aspecto positivo o reconducirlos de este aspecto negativo. Puede que no sea fácil. Desde pequeños sufrimos las creencias limitantes, que pueden llegar a lastrarnos sustancialmente. También sufrimos miedos e inseguridades transmitidas por nuestros padres (sin pretenderlo y con seguramente la mejor voluntad de facilitarnos las cosas). Además, el sistema puede no facilitar las cosas.
Para comprender mejor cómo funciona la Matriz del Destino, es importante conocer las 22 energías que la componen. Cada una de ellas, representada por un número del 1 al 22, se asocia a un arquetipo con características específicas, influyendo en diferentes áreas de nuestra vida. Este es el resumen de las energías o arquetipos.
1. El Mago: Representa la capacidad de manifestar tus deseos. En positivo, impulsa la creatividad y el liderazgo. En negativo, puede llevar al egoísmo y la manipulación.
2. La Sacerdotisa: Simboliza la intuición y la sabiduría interior. En positivo, otorga conexión con el subconsciente. En negativo, puede generar dependencia e inseguridad.
3. La Emperatriz: Representa la abundancia y la fertilidad. En positivo, fomenta el crecimiento y la prosperidad. En negativo, puede llevar a la codependencia y el materialismo.
4. El Emperador: Simboliza la estructura y el orden. En positivo, impulsa la estabilidad y el liderazgo responsable. En negativo, puede resultar autoritario y rígido.
5. El Sumo Sacerdote: Representa la sabiduría tradicional y la enseñanza. En positivo, guía hacia el conocimiento y la espiritualidad. En negativo, puede generar dogmatismo e intolerancia.
6. Los Enamorados: Simboliza las relaciones y las elecciones. En positivo, fomenta el amor y la unión. En negativo, puede llevar a la indecisión y la dependencia emocional.
7. El Carro: Representa el movimiento y la determinación. En positivo, impulsa la acción y el avance hacia las metas. En negativo, puede generar impulsividad y falta de control.
8. La Justicia: Simboliza el equilibrio y la equidad. En positivo, fomenta la honestidad y la responsabilidad. En negativo, puede llevar a la rigidez y la inflexibilidad.
9. El Ermitaño: Representa la introspección y la búsqueda interior. En positivo, guía hacia la sabiduría y la autosuficiencia. En negativo, puede generar aislamiento y soledad.
10. La Rueda de la Fortuna: Simboliza los ciclos y los cambios. En positivo, impulsa la adaptación y la aceptación. En negativo, puede generar inestabilidad e incertidumbre.
11. La Fuerza: Representa el coraje y la perseverancia. En positivo, otorga fuerza interior y determinación. En negativo, puede llevar a la agresividad y la represión.
12. El Colgado: Simboliza la suspensión y la perspectiva. En positivo, fomenta la reflexión y la comprensión. En negativo, puede generar estancamiento y victimización.
13. La Muerte: Representa la transformación y el renacimiento. En positivo, impulsa la liberación y el cambio. En negativo, puede generar miedo y resistencia.
14. La Templanza: Simboliza la moderación y la armonía. En positivo, fomenta el equilibrio y la paz interior. En negativo, puede llevar a la pasividad y la represión.
15. El Diablo: Representa las tentaciones y las adicciones. En positivo, impulsa la pasión y la energía. En negativo, puede generar dependencia y autodestrucción.
16. La Torre: Simboliza la liberación y la ruptura. En positivo, fomenta la renovación y la superación. En negativo, puede generar caos y destrucción.
17. La Estrella: Representa la esperanza y la inspiración. En positivo, guía hacia la fe y la belleza. En negativo, puede llevar a la ingenuidad y la desilusión.
18. La Luna: Simboliza las emociones y el subconsciente. En positivo, fomenta la intuición y la creatividad. En negativo, puede generar miedo e inseguridad.
19. El Sol: Representa la vitalidad y la alegría. En positivo, impulsa la confianza y el éxito. En negativo, puede llevar al egoísmo y la arrogancia.
20. El Juicio: Simboliza el despertar y la transformación. En positivo, fomenta la responsabilidad y la liberación. En negativo, puede generar culpa y remordimiento.
21. El Mundo: Representa la plenitud y la realización. En positivo, impulsa la integración y la abundancia. En negativo, puede llevar al estancamiento y la conformidad.
22. El Loco: Simboliza la libertad y la espontaneidad. En positivo, fomenta la aventura y la inocencia. En negativo, puede generar irresponsabilidad e inmadurez.
Conocer las energías de la Matriz del Destino nos permite comprender nuestras fortalezas y debilidades, identificar patrones y bloqueos, y trabajar conscientemente para alcanzar nuestro máximo potencial. Recuerda que la Matriz es una herramienta de autoconocimiento, no un destino inamovible. Tenemos el poder de transformar nuestra realidad a través de la toma de consciencia y el trabajo personal.
Además de las 22 energías, la Matriz del Destino se estructura en diferentes zonas que representan áreas específicas de nuestra vida. Cada zona se compone de una combinación de energías que, al interpretarse en conjunto, nos brindan información valiosa sobre nuestros patrones, desafíos y potencialidades en cada área.
Resumen de las zonas: